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Sede AEL

PRIMERA RESTAURACIÓN DE LA CASA

El 28 de julio de 1960,  se firmó en Bogotá un convenio según el cual los gobiernos americanos se comprometieron a dotar a las respectivas Academias Correspondientes de la Española de una sede digna y adecuada para sus altos fines. Este convenio fue aprobado el 29 de octubre de 1963 por la Junta Militar de Gobierno. Por último,  el 5 de mayo de 1975, el Gobierno presidido por el General de División Guillermo Rodríguez Lara, según decreto N° 343 publicado en el Registro Oficial N° 804 de 16 de mayo de 1975, dispuso la reconstrucción o restauración del edificio de la Academia Ecuatoriana con cargo al Presupuesto General del Estado. Para el cumplimiento de esta disposición y, de acuerdo con el Art. 2° del mismo decreto, la comisión respectiva elaboró un presupuesto,  tomando en cuenta,  tanto la estructura del edificio como las necesidades de la Academia de la Lengua. El Dr. Julio Tobar Donoso, VIII Director de la Academia, logró que la Comisión Técnica de la OEA para la Defensa del Patrimonio Histórico de Quito incluyese la casa de la Academia entre los edificios coloniales que debían restaurarse de modo preferente.

Gracias a ello, un núcleo de valiosos y jóvenes arquitectos ecuatorianos realizó los estudios y elaboró los planos.  Cuando don José Rumazo González, uno de nuestros mayores poetas y a la vez autorizado y profundo investigador de la historia, fue designado IX Director de la Academia Ecuatoriana para reemplazar al Dr. Julio Tobar Donoso, obtuvo una asignación efectiva, que permitió iniciar las obras según los planos ya existentes. Hubo también que afrontar la tarea de lograr la desocupación del inmueble.  Una vez culminada dicha desocupación, la empresa COMONSA dirigida por el Arq. Juan Fernando Pérez, especializado en España en restauración de edificios históricos, se hizo cargo de las obras. Los Ministros de Finanzas que sucedieron al Economista Sevilla prestaron también su patriótico y comprensivo apoyo.

En fin, el Banco Central del Ecuador, por medio de su gerente Lcdo. Abelardo Pachano y del Arq. Hernán Crespo Toral, Director de Museos, hicieron posible,  con sus contribuciones económicas,  que culminara la obra.

La Academia Ecuatoriana de la Lengua inauguró oficialmente su sede en la casona colonial que se levanta en la calle Cuenca, próxima a la plazoleta de la Merced, en octubre de 1983.

En representación de la Real Academia Española asistió a dicha inauguración el señor Antonio Tovar Llorente, ilustre filósofo, filólogo y ensayista español.

Acto destacado de esta ceremonia fue la entrega, por parte de familiares del insigne lingüista ecuatoriano Humberto Toscano, temprana y trágicamente fallecido, de la biblioteca que fue de su propiedad, donada a la Academia Ecuatoriana por  su viuda,  la señora Concepción Grimaldi,  residente en Madrid. Esta importante colección bibliográfica, calculada en cerca de dos mil  volúmenes, contiene libros de gramática, literatura, filología, crítica, gran variedad de diccionarios, novelas, libros de arte, entre otros.

El Director de la Academia Ecuatoriana dejó constancia de su agradecimiento a los Ministros de Finanzas Santiago Sevilla que dio el impulso inicial; a los señores Juan Reina, Fernando Aspiazu y Rodrigo Paz; a los Ministros de Educación, Fernando Dobronski y Galo García,  al igual que al Banco Central y al arquitecto Hernán Crespo, Director del Museo. Destacó la labor de construcción cumplida por la compañía COMONSA y los arquitectos Juan Fernando Pérez Arteta, Ramiro Villalba  y los ingenieros José Félix Vega y Octavio Carrera Maldonado.

SEGUNDA RESTAURACIÓN

Luego de algunos años en los que la entidad ocupó su casa de la calle Cuenca, fue dada en arrendamiento al Ilustre Municipio de Quito en el mes de julio de 1994 por su entonces Director Dr. Galo René Pérez, a causa de las múltiples dificultades de acceso al inmueble y de su funcionamiento,  y debido el deterioro y desaseo de su entorno sumido entre mercaderes y ventas ambulantes.  La solución inmediata que dio el  entonces Alcalde Dr. Jamil Mahuad fue el tomar el inmueble en arrendamiento para que funcionaran allí dependencias municipales hasta que se emprendieran las mejoras del Centro Histórico, de modo que  la sede de la Academia se trasladó al norte de la ciudad a la casa de la calle Veintimilla y Reina Victoria.  Al no renovarse el contrato de arrendamiento con sus dueños,  el Director Dr. Carlos Joaquín Córdova se vio obligado a arrendar la casa de la familia Dalmau en la calle Roca  donde funciona hasta ahora,  mientras duran los trabajos de restauración de la histórica casa del centro.

Gracias a la clara visión e idea del Dr. Víctor García de la Concha quien conoció la Casa de la Calle Cuenca cuando visitó Quito en el mes de marzo del 2000 y quedó  gratamente impresionado por su tradicional arquitectura,  se propuso el que se la pudiera refaccionar para que volviera a ser sede de la Academia Ecuatoriana de la Lengua.  De este modo,  él puso su magnífico contingente para lograr de la AECID los fondos necesarios para los trabajos que habían de  emprenderse.  Gracias a la ayuda invaluable del Director Dr. Córdova y del Subdirector Dr. Renán Flores Jaramillo quien hizo las gestiones directamente en Madrid ante ese organismo del Estado Español, se  consiguió la subvención 08-CAP1-602.

Ya con esos fondos enviados desde Madrid a la cuenta especial del Banco Internacional para ese solo objetivo,  el Director Dr. Córdova,  tras concurso con varios aspirantes para el anteproyecto de la casa, firmó el contrato con el  ganador Arq. Héctor Chávez.

Luego de algunos meses,  el ya Director de la Academia Dr. Jorge Salvador Lara llamó a concurso de merecimientos a varios arquitectos,  para la ejecución, dirección y fiscalización de las obras de remodelación de la Casa de la Academia, luego del cual resultaron favorecidos para la ejecución de los trabajos,  los Arquitectos Cristián Córdova para la ejecución del proyecto, Héctor Chávez para la dirección arquitectónica y Carlos Hidalgo para la fiscalización.

Desde el mes de enero de 2010 se iniciaron las obras que avanzan según lo planificado.